Las interacciones sociales hacen que nuestros cerebros se comporten de acuerdo con diferentes reglas y podrían influir en la manera de tomar decisiones, según un estudio que publica la revistaScience.
En los últimos años, los neurocientíficos cognitivos han descubierto que la gente raramente toma decisiones de forma aislada. Los humanos son sensibles a lo que otros piensan. Una rápida llamada telefónica a nuestra madre o una larga conversación con un amigo pueden hacernos pensarnos las cosas dos veces antes de tomar una decisión, a aportarnos el valor necesario para seguir adelante con un plan. "Existe una diferencia fundamental entre las decisiones que tomamos en grupo y las que se toma en situaciones individuales. El contexto socialpuede hacer que aquello que individualmente no considerábamos importante adquiera relevancia", apuntó Scott Huetel, coautor del trabajo.
Huetell y sus colegas de la Universidad Duke diseñaron un experimento en el que una serie de individuos promedio sin experiencia en póker jugaron una partida sencilla virtual contra un humano y otra contra un oponente en el ordenador.
De este modo descubrieron que la actividad neural en una pequeña región del cerebro llamada unión temporal-parietal puede ser utilizada para predecir qué decisiones tomaremos jugando al póker pero solo ante un oponente humano real.
En definitiva, en situaciones sociales y no-sociales nuestro cerebro se comporta de modo diferente y nos guiamos por criterios distintos.
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