Un equipo de científicos de la Universidad de Nottingham, dirigido por el investigador Nathaniel Szewczyk, ha descubierto que los vuelos espaciales suprimen la acumulación de proteínas tóxicas que normalmente se depositan en los músculos envejecidos, al menos en los gusanosCaenorhabditis elegans. Por si fuera poco, al viajar por el espacio se suprime la actividad de siete genes cuya ausencia de expresión se ha relacionado previamente con el aumento de la esperanza de vida.
Para los futuros astronautas que protagonicen vuelos tripulados a la Luna o a Marte, este hallazgo tendrá implicaciones, ya que todo apunta a que sus músculos se conservarán más jóvenes en el espacio que a ras de suelo. E incluso es posible que los vuelos espaciales retrasen el proceso de envejecimiento humano.
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